La alusión: Quartet de cordes núm. 2
Cuando escribí mi Quartet de cordes núm. 2 no pensé en un destinatario directo. Pero sí en una obra musical, un referente, el Cuarteto nº 15, op. 132, en la menor de Beethoven.
Desde la admiración por esta obra, tomé cosas de ella. La propia plantilla, su forma musical, su manera de exponer el material temático en las secciones de la forma sonata, sus texturas, densidades… Busqué un paralelismo entre las funciones tonales de la armonía tradicional empleadas por Beethoven y el sistema armónico con el que se construye el Quartet.
De esta forma, los elementos musicales de un referente se han transformado en algo propio, aunque esos elementos no se evidencian en la audición de la obra.
A esto le llamamos alusión. (Darias, capítulo V de Lêpsis I).